top of page

Abril18

Levítico 19, Salmos 34, 2 Timoteo 2

AudioCCF Bogotá Norte
00:00 / 08:30

Levítico 19

Leyes de santidad y de justicia

1 El Señor hablo con Moisés, y le dijo:

2 «Habla con toda la congregación de los hijos de Israel, y diles:

»Ustedes deben ser santos porque yo, el Señor su Dios, soy santo.

3 »Cada uno de ustedes debe respetar a su madre y a su padre, y respetar también mis días de reposo. Yo soy el Señor su Dios.

4 »No vayan en pos de los ídolos, ni hagan para ustedes dioses de fundición. Yo soy el Señor su Dios.

5 »Cuando ustedes me ofrezcan como sacrificio una ofrenda de paz, ofrézcanlo de tal manera que yo lo acepte. 6 Lo sacrificado deberán comerlo el día que lo ofrezcan, y el día siguiente; si algo queda para el tercer día, deberán quemarlo, 7 pues comerlo al día tercero es una abominación y no lo aceptaré. 8 Quien coma eso cargará con su maldad por haber profanado lo que se consagró al Señor, y será eliminado de su pueblo.

9 »Cuando coseches tu trigo, no siegues hasta el último rincón de tu campo, ni espigues la parte segada. 10 No rebusques tu viña, ni recojas las uvas que se te caigan; déjalas para los pobres y los extranjeros. Yo soy el Señor tu Dios.

11 »No hurtes.

»No engañes.

»No se mientan el uno al otro.

12 »No juren falsamente en mi nombre, ni profanen así mi nombre. Yo soy el Señor, su Dios.

13 »No oprimas a tu prójimo. No le robes.

»No retengas en tu casa, hasta el día siguiente, el salario del jornalero.

14 »No maldigas al sordo, ni pongas tropiezo delante del ciego. Más bien, debes tener temor de mí. Yo soy el Señor tu Dios.

15 »No seas injusto en el juicio.

»No favorezcas al pobre ni complazcas al poderoso.

»Trata a tu prójimo con justicia.

Salmos 34

La protección divina

Salmo de David.

Cuando David fingió locura delante de Abimelec, éste lo echó de su presencia, y David se fue.

1 Bendeciré al Señor en todo tiempo;
su alabanza estará siempre en mi boca.
2 Alabaré al Señor con toda el alma.

¡Escuchen, gente humilde, y alégrense también!
3 ¡Únanse a mí, y reconozcan su grandeza!
¡Exaltemos a una voz su nombre!

4 Busqué al Señor, y él me escuchó,
y me libró de todos mis temores.
5 Los que a él acuden irradian alegría;
no tienen por qué esconder su rostro.
6 Este pobre clamó, y el Señor lo oyó
y lo libró de todas sus angustias.
7 Para defender a los que temen al Señor,
su ángel acampa alrededor de ellos.
8 ¡Prueben ustedes mismos la bondad del Señor!
¡Dichoso aquél que en él confía!
9 Ustedes, sus fieles, teman al Señor,
pues a quienes le temen nunca les falta nada.
10 Los cachorros del león chillan de hambre,
pero los que buscan al Señor lo tienen todo.

11 Hijos míos, acérquense y escúchenme;
voy a enseñarles a honrar al Señor.
12 ¿Quién de ustedes anhela vivir mucho tiempo?
¿Quién quiere vivir y llegar a ver el bien?
13 Eviten entonces que su lengua hable mal;
eviten que sus labios profieran mentiras.
14 Apártense del mal y practiquen el bien;
busquen la paz, y no la abandonen.

15 El Señor no aparta sus ojos de los justos;
sus oídos están siempre atentos a su clamor.
16 El Señor vigila a los que hacen el mal
Para borrar de la tierra su memoria.
17 Los justos gimen, y el Señor los escucha
y los libra de todas sus angustias.
18 Cercano está el Señor para salvar
a los que tienen roto el corazón y el espíritu.

19 El justo pasa por muchas aflicciones,
pero el Señor lo libra de todas ellas.
20 El Señor le cuida cada uno de sus huesos,
y ni uno solo de ellos se le quebrará.
21 Al malvado lo destruye su propia maldad;
y los que odian al justo recibirán condenación.
22 El Señor rescata el alma de sus siervos;
no serán condenados los que en él confían.

2 Timoteo 2

Un buen soldado de Jesucristo

1 Tú, hijo mío, esfuérzate en la gracia que tenemos en Cristo Jesús. 2 Lo que has oído de mí ante muchos testigos, encárgaselo a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros. 3 Tú, por tu parte, sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo. 4 Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado. 5 Y tampoco el que lucha como atleta es coronado, si no lucha legítimamente. 6 El labrador, para participar de los frutos, debe trabajar primero. 7 Considera lo que digo, y el Señor te dé entendimiento en todo.

8 Acuérdate de Jesucristo, del linaje de David, que resucitó de los muertos conforme a mi evangelio, 9 en el cual sufro penalidades, y hasta encarcelamientos, como si fuera yo un malhechor; pero la palabra de Dios no está presa. 10 Por eso todo lo soporto por causa de los escogidos, para que ellos también obtengan la salvación que es en Cristo Jesús con gloria eterna. 11 Esta palabra es fiel:

Si morimos con él, también viviremos con él;
12 Si sufrimos, también reinaremos con él;
Si lo negamos, también él nos negará.
13 Si somos infieles, él permanece fiel;
Él no puede negarse a sí mismo.

Un obrero aprobado

14 Recuérdales esto, y exhórtalos ante el Señor a no contender acerca de palabras, que para nada aprovecha y que sólo lleva a la perdición de los que escuchan. 15 Procura con diligencia presentarte ante Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse y que usa bien la palabra de verdad. 16 Pero evita las palabrerías vanas y profanas, porque más y más conducen a la impiedad 17 y su palabra carcome como gangrena; entre esa gente están Himeneo y Fileto, 18 que se desviaron de la verdad al decir que la resurrección ya se efectuó, con lo que trastornan la fe de algunos. 19 Pero el fundamento de Dios está firme, y tiene este sello: «El Señor conoce a los que son suyos»; y: «Que se aparte de la iniquidad todo aquel que invoca el nombre de Cristo.»

20 En una casa grande hay no sólo utensilios de oro y de plata, sino también de madera y de barro; y unos son para usos honrosos, y otros para usos viles. 21 Así que, quien se limpia de estas cosas será un instrumento para honra, santificado, útil al Señor, y dispuesto para toda buena obra. 22 Huye también de las pasiones juveniles, y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, junto con aquellos que con un corazón limpio invocan al Señor. 23 Pero desecha las cuestiones necias e insensatas; tú sabes que generan contiendas. 24 Y el siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos, apto para enseñar, sufrido; 25 que corrija con mansedumbre a los que se oponen, por si acaso Dios les concede arrepentirse para que conozcan la verdad 26 y escapen del lazo del diablo, en el cual se hallan cautivos y sujetos a su voluntad.

bottom of page