La Biblia en un año
Junio28
Deuteronomio 27, Salmos 105, Isaías 9
Deuteronomio 27
La ley inscrita en el monte Ebal
1 Moisés, junto con los ancianos de Israel, le dio al pueblo la siguiente orden:
«Cumplan con todos los mandamientos que hoy les mando cumplir. 2 Cuando cruces el río Jordán y pases a la tierra que el Señor tu Dios te da, levantarás unas piedras grandes y las revocarás con cal. 3 Una vez que hayas cruzado el río y entres en la tierra que el Señor tu Dios te da, tierra que fluye leche y miel, escribirás en esas piedras todas las palabras de esta ley, tal y como el Señor, el Dios de tus padres, te lo ha ordenado. 4 En cuanto hayas pasado el Jordán, levantarás estas piedras en el monte Ebal y las revocarás con cal, tal y como hoy les mando que lo hagan. 5 Edificarás allí un altar de piedras en honor del Señor tu Dios, pero no labres las piedras con ninguna herramienta, 6 sino que el altar lo harás de piedras enteras. Sobre él ofrecerás al Señor tu Dios holocaustos 7 y ofrendas de paz, y allí, delante del Señor tu Dios, comerás y te alegrarás. 8 Sobre las piedras escribirás con claridad todas las palabras de esta ley.»
9 Entonces Moisés, junto con los sacerdotes levitas, habló con todos los israelitas y les dijo:
«Israel, guarda silencio y escucha: Este día te has convertido en el pueblo del Señor tu Dios. 10 Así que deberás oír la voz del Señor tu Dios y cumplir sus mandamientos y estatutos, que hoy te ordeno obedecer.»
Las maldiciones en el monte Ebal
11 Y ese día Moisés dio al pueblo las siguientes instrucciones:
12 «Cuando hayas cruzado el río Jordán, sobre el monte Guerizín estarán Simeón, Leví, Judá, Isacar, José y Benjamín, para bendecir al pueblo. 13 Y sobre el monte Ebal estarán, para pronunciar la maldición, Rubén, Gad, Aser, Zabulón, Dan y Neftalí. 14 Y los levitas hablarán con todos los varones de Israel, y les dirán en alta voz:
15 »“Maldito sea el que haga alguna escultura o imagen de fundición, o pida a un artífice que la haga, y la oculte. Eso es un hecho repugnante al Señor.”
»En respuesta, todo el pueblo dirá: “¡Amén!”
16 »“Maldito sea el que deshonre a su padre o a su madre.”
»Y todo el pueblo dirá: “¡Amén!”
17 »“Maldito sea el que reduzca los linderos de su prójimo.”
»Y todo el pueblo dirá: “¡Amén!”
18 »“Maldito sea el que haga que el ciego pierda el camino.”
»Y todo el pueblo dirá: “¡Amén!”
19 »“Maldito sea el que tuerza los derechos del extranjero, del huérfano y de la viuda.”
»Y todo el pueblo dirá: “¡Amén!”
20 »“Maldito sea el que se acueste con la mujer de su padre, pues con ello descubre la intimidad de su padre.”
»Y todo el pueblo dirá: “¡Amén!”
21 »“Maldito sea el que tenga relaciones sexuales con un animal.”
»Y todo el pueblo dirá: “¡Amén!”
22 »“Maldito sea el que se acueste con su hermana, sea ésta hija de su padre o hija de su madre.”
»Y todo el pueblo dirá: “¡Amén!”
23 »“Maldito sea el que se acueste con su suegra.”
»Y todo el pueblo dirá: “¡Amén!”
24 »“Maldito sea el homicida anónimo.”
»Y todo el pueblo dirá: “¡Amén!”
25 »“Maldito sea el que mate a un inocente a cambio de dinero.”
»Y todo el pueblo dirá: “¡Amén!”
26 »“Maldito sea el que no se comprometa a cumplir las palabras de esta ley.”
»Y todo el pueblo dirá: “¡Amén!”
Salmos 105
Maravillas del Señor a favor de Israel
1 ¡Alaben al Señor, invoquen su nombre!
¡Que los pueblos reconozcan sus obras!
2 ¡Canten, sí, cántenle salmos!
¡Proclamen todas sus maravillas!
3 ¡Regocíjense en su santo nombre!
¡Alégrense de corazón los que buscan al Señor!
4 ¡Busquen el poder del Señor!
¡Busquen siempre a Dios!
5 ¡Recuerden sus grandes maravillas,
sus hechos prodigiosos y sus sabias sentencias!
6 Ustedes son los descendientes de Abrahán;
ustedes son los hijos de Jacob, sus escogidos.
7 El Señor es nuestro Dios;
en toda la tierra prevalecen sus juicios.
8 Nunca se olvida de su pacto,
de la palabra que dictó para mil generaciones.
9 Fue un acuerdo que hizo con Abrahán,
y que lo confirmó con Isaac.
10 Con Jacob lo estableció como decreto;
con Israel lo hizo un pacto duradero
11 cuando dijo: «Te daré la tierra de Canaán
como la herencia que te corresponde.»
12 Ellos no eran numerosos;
eran unos simples forasteros.
13 Andaban de nación en nación,
y de un reino a otro reino;
14 pero Dios no dejó que fueran agraviados,
sino que por ellos castigó a los reyes
15 y dijo: «¡No toquen a mis ungidos!
¡No les hagan daño a mis profetas!»
16 Dios hizo que hubiera hambre en la tierra,
y el trigo para el pan quedó destruido.
17 Pero antes envió a uno de sus hombres;
envió a José, que fue vendido como esclavo.
18 Los egipcios le pusieron grilletes en los pies,
y lo arrojaron tras los hierros de la cárcel.
19 Pero finalmente se cumplieron sus dichos,
aunque la palabra de Dios lo puso a prueba.
20 El rey ordenó que le abrieran la cárcel;
el señor que gobierna los pueblos lo liberó.
21 Lo nombró señor de su casa
y lo puso a cargo de sus posesiones.
22 Le dio poder para frenar a los grandes,
y sabiduría para enseñar a los sabios.
23 Fue así como Israel llegó a Egipto,
como Jacob llegó a vivir en la tierra de Cam.
24 Pero el pueblo aumentó en número
y se hizo más fuerte que los egipcios.
25 El corazón de los egipcios se llenó de odio,
y decidieron hacerle mal a su pueblo.
26 Pero Dios envió a su siervo Moisés,
lo mismo que a Aarón, su escogido.
27 Dios les dio el poder de hacer señales,
y de realizar prodigios en la tierra de Cam.
28 Dejó caer sobre Egipto densa oscuridad,
pero los egipcios no acataron su palabra.
29 Convirtió las aguas en sangre,
y todos los peces murieron.
30 Vinieron entonces muchísimas ranas,
que infestaron las cámaras reales.
31 Dios habló, y vinieron enjambres de moscas,
y las casas se inundaron de piojos.
32 Dios dejó caer granizo como lluvia,
y rayos de fuego rasgaron la tierra.
33 Destrozó los viñedos, secó las higueras,
y desgajó los árboles de su país.
34 Dios habló otra vez, y vinieron langostas,
y como plaga llegó el pulgón,
35 y se comió la hierba del país
y acabó con los frutos de su tierra.
36 Hirió de muerte a todos sus primogénitos,
a las primicias de su fuerza varonil.
37 Su pueblo salió cargado de oro y plata;
en sus tribus no había un solo enfermo.
38 Cuando el pueblo salió, los egipcios se alegraron,
pues ante ellos sentían un profundo terror.
39 En el desierto los cubría una nube,
y un fuego los alumbraba de noche.
40 Pidieron comida, y Dios les mandó codornices;
sació su hambre con el pan que cayó del cielo.
41 Dios partió la peña, y fluyeron aguas
que corrieron como ríos por el desierto.
42 Dios se acordó de su santa palabra,
y de su juramento a Abrahán, su siervo.
43 Su pueblo salió con gran gozo;
sus elegidos salieron con gran júbilo.
44 Dios les dio las tierras de otras naciones,
lo mismo que los frutos de esos pueblos,
45 para que obedecieran sus preceptos
y cumplieran todos sus mandatos.
¡Aleluya!
Isaías 9
Nacimiento y reinado del Mesías
1 Pero no siempre habrá oscuridad para la que ahora está angustiada. En los primeros tiempos las regiones de Zabulón y Neftalí fueron afligidas, pero en los últimos tiempos se llenará de gloria el camino del mar, al otro lado del Jordán, en Galilea de los gentiles. 2 El pueblo que andaba en tinieblas vio una gran luz; sí, la luz resplandeció para los que vivían en un país de sombras de muerte. 3 Tú aumentaste el regocijo, y acrecentaste la alegría. En tu presencia se alegrarán, como se alegran durante la siega; como se regocijan cuando se reparten el botín. 4 Tú quebraste el yugo y la vara que pesaban sobre sus hombros, y el cetro que los oprimía, como en el día de Madián. 5 ¡Quemado será todo calzado que lleva el guerrero en el fragor de la batalla! ¡Pasto del fuego será todo manto revolcado en sangre! 6 Porque un niño nos ha nacido, ¡un hijo nos ha sido concedido! Sobre sus hombros llevará el principado, y su nombre será «Consejero admirable», «Dios fuerte», «Padre Eterno» y «Príncipe de paz». 7 La extensión de su imperio y la paz en él no tendrán límite. Reinará sobre el trono de David y sobre su reino, y lo afirmará y confirmará en la justicia y el derecho, desde ahora y para siempre. Esto lo hará el celo del Señor de los ejércitos.
La ira del Señor contra Israel
8 El Señor envió su palabra sobre Jacob, y cayó sobre Israel. 9 Y la conocerá todo el pueblo, y Efraín y los habitantes de Samaria, que con soberbia y altivez de corazón dicen:
10 «Los ladrillos se cayeron, pero edificaremos con piedra de cantera; talaron los sicómoros, pero nosotros los repondremos con cedros.»
11 Pero el Señor juntará a los enemigos de Resín y los levantará contra él; 12 del oriente vendrán los sirios, y del poniente los filisteos, y a boca llena devorarán a Israel. Pero ni así cesará su furor. Su mano aún seguirá extendida.
13 El pueblo no se volvió al Señor de los ejércitos. No buscó al que lo castigaba; 14 así que en un mismo día el Señor le cortará a Israel la cabeza y la cola, el tronco y la rama. 15 (La cabeza es el anciano de rostro venerable, y la cola es el profeta que enseña mentiras.) 16 Los que gobiernan a este pueblo son unos mentirosos; por eso sus gobernados se pierden. 17 Por tanto, el Señor no se alegrará por sus jóvenes, ni tendrá misericordia de sus huérfanos y viudas, pues todos son falsos y malvados; de toda boca brotan necedades. Pero ni así cesará su furor. Su mano aún seguirá extendida.
18 La maldad prenderá como un fuego, y consumirá cardos y espinos; se encenderá en la espesura del bosque, y se levantará como un remolino de humo. 19 Por causa de la ira del Señor de los ejércitos se oscurecerá la tierra, y el pueblo será como pasto para el fuego; ¡y nadie tendrá piedad de su hermano! 20 Con la mano derecha robarán, y se quedarán con hambre; con la mano izquierda comerán, y no quedarán satisfechos; ¡cada uno se comerá su propia carne! 21 Manasés se comerá a Efraín, Efraín se comerá a Manasés, y los dos se comerán a Judá. Pero ni así cesará su furor. Su mano aún seguirá extendida.